Por Lucresha Renteria, directora ejecutiva de MCC
Esta es la séptima columna de una serie artículos para conmemorar el 30° aniversario de la clínica Mendocino Coast Clinics. Esta columna incluye reflexiones de la enfermera especializada Ann Jamgochian y la asistente médica Dawn Hofberg, quienes comenzaron en la clínica como estudiantes y después trabajaron en la clínica MCC hasta que se jubilaron.
En las clínicas de salud comunitarias como la nuestra, cada miembro del equipo de atención médica desempeña un papel esencial, desde los médicos y profesionales médicos de práctica avanzada hasta las enfermeras, los educadores de salud y otros. Cada trabajador de la salud con responsabilidades clínicas tiene un alcance de práctica que describe cómo puede contribuir a la atención general de un paciente.
Los profesionales médicos de práctica avanzada (un término que se aplica a las enfermeras especializadas, los asistentes médicos, las enfermeras parteras certificadas y otros) reciben capacitación adicional que les permite brindar gran parte de la atención y el tratamiento que antes solo realizaban los médicos. El primer programa de enfermería especializada se inauguró en la Universidad de Colorado en 1965 y la primera clase de asistentes médicos se graduó en la Universidad de Duke en 1967, pero pasaron décadas hasta que los enfermeros especializados y los asistentes médicos se integraron por completo al equipo de atención médica.
Desde nuestros primeros días, Mendocino Coast Clinics reconoció el valor de estos proveedores bien capacitados para apoyar a nuestros pacientes. No perdimos tiempo en dar la bienvenida a los proveedores de práctica avanzada (APP, antes conocidos como proveedores de nivel medio) a nuestro personal médico.
Adaptación para satisfacer las necesidades de la comunidad
En la década de 1990, Ann Jamgochian, enfermera especializada de familia, y Dawn Hofberg, asistente médica, se integraron a nuestro personal médico. Tanto Dawn como Ann comenzaron en MCC como estudiantes, formándose con el Dr. Peter Barg. Como algunas otras personas en MCC, Ann y Dawn eran adaptables y siempre estaban dispuestas a aprender, ansiosas por brindar la atención que nuestra comunidad más necesitaba.
Al principio, Ann trabajó en medicina familiar, pero cuando la clínica recibió una subvención para brindar telemedicina que incorporara atención especializada, nuestros proveedores fueron asignados para capacitarse con especialistas. Ann fue asignada a dermatología, un rol que no le entusiasmaba. “¡No me gustan los sarpullidos!”, recuerda haber pensado. “¡No quiero ver esas cosas!”. Para su sorpresa, disfrutó tanto de la capacitación con el dermatólogo que continuó su capacitación y se asoció con él para brindar clínicas de dermatología en el área de Ft. Bragg.
En una comunidad pequeña con atención especializada limitada disponible, la noticia se difundió rápidamente. “Muy pronto, mi agenda en MCC se llenó solo con pacientes de dermatología”, recuerda Ann. Continuó satisfaciendo las necesidades locales centrándose en la dermatología durante más de una década. “Era algo realmente necesario en nuestra comunidad y me encantaba hacerlo”.
Dawn, que había trabajado como partera antes de unirse a MCC, comenzó a trabajar con nosotros como asistente médica enfocada en atención primaria. (¡Resultó que una de sus primeras pacientes fue mi madre!) Cuando el panorama de la atención médica en la costa cambió y otros proveedores locales dejaron de brindar atención prenatal, Dawn cambió su enfoque hacia la atención prenatal y la salud de la mujer.
Aunque al principio no quería alejarse de ejercer una práctica de atención primaria completa, Dawn descubrió que dejar del departamento de la salud de la mujer le permitía tener más tiempo para hablar con las pacientes, lo que le permitía aprender más sobre ellas, sus familias y sus necesidades de atención médica.
“Fue muy divertido para mí que los niños de los cuales asistí a sus partos, vinieran a mí para recibir control de la natalidad o atención prenatal. La continuidad de la práctica fue bastante especial para mí”, dice Dawn.
Incluso en el departamento de salud de la mujer, Dawn descubrió que “terminó haciendo mucha atención primaria de primera línea en términos de prevención”, y señaló que los AAP a menudo asumen el papel de educar a los pacientes y a la comunidad sobre la prevención de enfermedades. “Acepté esa parte de ser proveedora, ser educadora”.
Poniendo en práctica sus otras habilidades y talentos
Cada proveedor médico combina su educación, formación y habilidades médicas con su experiencia de vida y valores personales para atender a los pacientes.
Ann quería poder brindar la mejor atención posible a nuestros pacientes que hablan español, por lo que se inscribió en un programa intensivo de inmersión lingüística y se mudó con su familia a Nicaragua durante seis meses en la década de 1990. Cuando regresó, tenía muchos pacientes que hablaban español en su lista de pacientes. “Me encantó conocer a la comunidad que habla español y a sus familias”, dice Ann. “En ese momento estaba haciendo atención primaria, así que veía a todos, nietos, abuelos. Fue un verdadero privilegio conocer a familias enteras”.
Dawn trajo su pasión por las artes a su función en MCC. Antes de dedicarse a la atención médica, Dawn obtuvo su título universitario en bellas artes. Cuando la clínica se mudó por primera vez a su ubicación en South Street, se acercó a artistas locales para que le prestaran o donaran arte para los pasillos de la nueva ubicación de la clinica. Muchas de esas piezas aún se exhiben en nuestras instalaciones.
Al pensar en nuestros próximos 30 años, estamos agradecidos por proveedores como Ann y Dawn, quienes aportan lo mejor de ellas para cuidar de nuestra comunidad que vive en la costa.