Por Paula Cohen, directora ejecutiva fundadora
Cuando Mendocino Coast Clinics se fundó hace 30 años, como un centro de salud independiente sin fines de lucro, cubrió la gran necesidad de tener más servicios médicos dentro de nuestra comunidad, la cual está aislada geográficamente y carente de servicios médicos. Mendocino Coast Clinics (MCC), es la única clínica en esta área que brinda servicios a los pacientes sin importar de su capacidad para pagar, mejoró las opciones y llenó los vacíos en cuanto a la atención médica que había en ese entonces. A medida que MCC creció y se expandió, las opiniones de los miembros de la comunidad siempre han sido importantes, debido a que han ayudado a identificar más formas de brindar la atención accesible y de calidad que las personas merecen.
Al principio teníamos una clínica pequeña con siete empleados. Fui directora ejecutiva fundadora de MCC, cargo que seguí desempeñando hasta que me jubilé a finales de 2015. Antes de independizarme, el departamento de salud pública del condado dirigía la clínica y servía como “proveedor de atención médica de último recurso” para la costa norte del Condado de Mendocino. Convertirse en un centro de salud comunitario sin fines de lucro permitió a MCC ampliar los servicios y brindar a la gente de la localidad las opciones que necesitaban, además de los consultorios médicos privados que ya no aceptaban nuevos pacientes y la sala de emergencias del hospital no se daba abasto.
Debido a que MCC era una nueva organización, necesitaba ganarse la confianza de la comunidad. Así que todo el personal, proveedores de atención médica, voluntarios, la junta directiva se comunicaron con los miembros de la comunidad para escuchar cuales eran sus necesidades y qué querían de esta nueva clínica. En respuesta a estos comentarios, MCC ha crecido y desarrollado nuevos servicios a lo largo de los años. Primero se produjo una expansión hacia la salud conductual y luego, en 1996, los dentistas locales que solicitaban ayuda para atender a los pacientes de Medi-Cal nos impulsaron a abrir una clínica dental. Posteriormente incluimos los servicios de salud prenatal y de la mujer cuando se identificó esa necesidad. Durante todo este tiempo, continuamos ampliando nuestros servicios de apoyo al paciente. Nuestros servicios lingüísticos comenzaron a través de nuestra traductora, Lucresha Rentería, quien ahora se desempeña como directora ejecutiva de MCC. Cuanto más escuchábamos a la comunidad, más completa se volvía nuestra lista de servicios de salud.
A lo largo de los años, aprendimos sobre los tipos de carreras que la gente quería. Escuchar era clave; escuchar al personal autorizado y de apoyo para identificar lo que se necesitaba para que las clínicas funcionaran sin problemas. Durante décadas hemos priorizado “hacer crecer a nuestro propio” personal, contratar personal local siempre que sea posible y ayudar a los empleados a obtener capacitación en su trabajo y las certificaciones necesarias para avanzar en sus carreras. Los jóvenes de nuestra comunidad han adquirido habilidades y conocimientos que los acompañarán durante toda su vida laboral. De todos los logros de MCC, construir nuestra propia fuerza laboral y brindar buenas oportunidades laborales aquí en casa es una de las cosas de las que estoy más orgullosa.
Desde nuestros primeros años, los proveedores de atención médica han sido generosos con su tiempo y experiencia. En la década de 1990, el Dr. George Miles, un dentista jubilado, se ofreció como voluntario para ayudarnos a iniciar nuestra clínica dental, brindándonos servicios dentales unas horas a la semana y compartiendo ideas sobre cómo ampliar los servicios. Nuestra primera asistente dental registrada completó el programa para obtener su certificación mientras trabajaba y formaba una familia, asistiendo a clases de fin de semana en San Francisco. Los profesionales locales de salud conductual también nos apoyaron, lo que nos permitió brindar servicios de salud conductual desde nuestros primeros días. Cuando ocurrieron accidentes automovilísticos, suicidios u otros eventos traumáticos en nuestra comunidad, MCC pudo movilizar consejeros para apoyar a las personas en momentos realmente difíciles.
En cada paso del camino, MCC ha reunido todo lo que teníamos para mejorar las cosas para la comunidad. Esto requirió una combinación de contratación y capacitación de población local, recaudación de fondos, trabajo para obtener certificaciones nacionales en el campo de la atención médica y participación en programas para acceder a medicamentos de bajo costo para las personas que los necesitaban. Si alguno de nuestros pacientes necesitaba transporte a sus citas, el personal trabajó para encontrarles una manera de acceder a los servicios. MCC siempre ha invertido en tener personal en el lugar que ayude a los pacientes que solicitan programas que ayuden a pagar los servicios de atención médica. El dedicado personal de MCC siempre ha sido la columna vertebral de nuestra conexión con la comunidad. Su creencia en la misión ha hecho del MCC el éxito que es hoy.
MCC no sería lo que es hoy sin la inversión y los conocimientos de la comunidad local, especialmente Liz Irwin, quien trabajó desde el principio para aumentar el acceso a la atención médica en la costa y fue la primera presidenta de la junta directiva de MCC. La clínica ha cumplido muchos objetivos importantes: en 2003 nos convertimos en un centro de salud calificado a nivel federal, que proporciona dólares federales para MCC y sus programas. Sin este apoyo y conexiones de recursos, los pacientes se habrían quedado sin el tratamiento y los medicamentos necesarios.
Estamos agradecidos por las personas que apoyaron el crecimiento de MCC a lo largo de los años, permitiéndonos aprender y mejorar para beneficiar a nuestra comunidad. Nos ha ayudado a cumplir nuestra misión y brindar opciones de atención médica de alta calidad a nuestra comunidad. Muchas gracias a todos los que han contribuido a Mendocino Coast Clinic.