Por la Dra. Casey Johnston
Los problemas de espalda son una preocupación frecuente para los adultos y cada vez son más comunes para los niños y adolescentes. Un factor importante que contribuye es la mala postura, que puede incluir encorvarse, redondear el cuello y los hombros, arquear o inclinar exageradamente la espalda.
Estas posiciones ejercen una enorme cantidad de presión y desgaste en la columna vertebral, los ligamentos, los tendones y los músculos. La tensión también puede provocar dolores de cabeza, fatiga crónica y un estado de ánimo irritable o deprimido; también pueden afectar la forma en que los demás lo ven. Una mala postura puede incluso comprometer la capacidad de una persona para respirar profundamente, ya que una espalda rígida y encorvada puede hacer que los músculos del pecho se contraigan, lo que dificulta la expansión del pecho al inhalar.
Si bien todos se benefician de una buena postura, es especialmente importante para los niños. Si los niños desarrollan hábitos saludables desde el principio, será más probable que los practiquen más adelante en la vida, lo que generará menos problemas de espalda y otras complicaciones cuando sean adultos mayores.
¿Cómo es tener una buena postura?
Cuando eras niño, ¿alguien te dijo alguna vez: “¡Ponte de pie!”? Esa es una buena postura en pocas palabras. Al estar de pie, la barbilla debe estar paralela al piso con los hombros alineados directamente sobre las caderas y el peso centrado sobre los pies. Un consejo útil para comprender cómo se siente esto es girar los hombros hacia arriba, hacia atrás y luego hacia abajo. También puede imaginar una línea recta que corre por su costado perpendicular al piso y que pasa directamente a través de su oreja, hombro y cadera.
Lo mismo debe hacer cuando este sentado; esfuércese por enderezarse y tener su espalda erguida en lugar de estar encorvado. Cuando se siente, inclínese hacia adelante, deslice la parte inferior hacia el respaldo de la silla y luego siéntese para ayudar a aliviar la presión sobre el coxis. Relajar los músculos de los hombros y usar los músculos abdominales centrales ayudará a mantener una postura fuerte. Una buena postura tiene muchos de los mismos beneficios que el ejercicio: fortalece los músculos, mejora la eficiencia de la respiración, disminuye el dolor crónico y ayuda a una persona a sentirse confiada y resistente.
¿Qué causa la mala postura?
Hace más de cien años, junto con el movimiento de educación física, las escuelas estadounidenses enseñaban buenas posturas e incluso ejercicios similares a las rutinas de fisioterapia actuales. A los niños se les enseñó sobre ergonomía, cómo sentarse correctamente en un escritorio, cómo distribuir equilibradamente el peso de los libros en sus mochilas y cómo subir y bajar escaleras con una buena postura.
Desafortunadamente, la enseñanza de la postura ha perdido popularidad. Es una lástima, especialmente con el aumento del tiempo que los niños (e incluso los niños pequeños) pasan encorvados al estar viendo sus computadoras, video juegos, teléfonos y otras pantallas. Cuando los niños pasan demasiado tiempo inclinados mirando una tableta o computadora, puede causarles dolor de cuello o espalda y desarrollar malos hábitos que duran toda la vida. La falta de ejercicio, la obesidad, la ergonomía desfavorable en la escuela y en el hogar, y las mochilas pesadas también contribuyen a la mala postura.
Lleve a sus hijos al médico si experimentan dificultad para sentarse o pararse erguidos sin ayuda, si tienen dolor persistente, entumecimiento, debilidad o empeoramiento de los síntomas.
Cómo practicar la postura correcta
No existe una solución rápida para la mala postura y, por lo general, regañar a sus hijos no funciona. La orientación, poco a poco enseñarlos, la práctica frecuente y dar un buen ejemplo a una edad temprana contribuyen en gran medida a convertir la buena postura en un hábito diario.
Los niños deben hacer al menos una hora de ejercicio vigoroso al día y evitar períodos prolongados de estar sentados. Los ejercicios que promueven la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio, como el yoga y Pilates, pueden mejorar significativamente la postura. El tiempo que pasan al frente de una pantalla es parte de la vida moderna, pero minimizar el tiempo frente a las pantallas, tomar más descansos y colocar la pantalla a la altura de los ojos puede ayudar.
Asegúrese de que sus hijos usen sus mochilas correctamente y mantengan la carga liviana, no más del 10 por ciento de su peso corporal. Llevar una mochila sobre un solo hombro, algo que les gusta hacer a los niños, puede estresar la espalda, el cuello y la columna. Anime a su hijo a usar ambas correas y manténgalas apretadas para que la mochila quede en lo alto de su espalda en lugar de hundirse y alejarse de su cuerpo. Deben empacar libros y otros artículos pesados cerca de su espalda y dígales que vayan a los locker durante el día para que solo tengan que llevar los libros que necesitan.
Trabajar en una buena postura en la infancia es un compromiso, pero los beneficios a largo plazo valen la pena: menos lesiones, menor riesgo de dolor crónico y mejor respiración, estado de ánimo y confianza en uno mismo. ¡No está mal para el simple acto de ponerse de pie y sentarse derecho!