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Por Justin Ebert, PA-C
Aun y con mucha información y datos que respaldan las vacunas COVID, entiendo por qué los padres no quieren vacunar a sus hijos pequeños. Como proveedor médico, nunca me interesa forzar, convencer o influir en las decisiones de mis pacientes. Eso no es atención centrada en el paciente.
Comparto todos los datos que tengo, junto con algunos pensamientos basados en mis experiencias personales, y luego depende de los pacientes pensar en los pros y los contras y tomar la decisión que sea adecuada para ellos. Proporciono toda la información precisa y actualizada que puedo, para que los pacientes puedan tomar una decisión en base a información; no tengo por qué decidir por otros.
Cuando se trata de vacunarse contra el COVID, tengo muchas razones para vacunarme y mi propia salud no está en las prioridades de la lista. Las personas que me importan podrían tener dificultades para sobrevivir a un mal brote de COVID y si hay algo que puedo hacer para disminuir el riesgo, ¿por qué no lo haría? ¿Qué tan horrible me sentiría si hubiera podido evitar que alguien sufriera o incluso muriera? Esta es mi decisión personal. Es por eso que me interesa vacunarme.
Curiosamente, he notado que las personas a veces evalúan los riesgos potenciales de la vacunación sin ver qué podría pasar si no se vacunan. Generalmente, cuando se considera un tratamiento médico, es mejor considerar los riesgos y beneficios.
La verdad es que casi todos los tratamientos médicos tienen cierto grado de riesgo. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a un tratamiento familiar, los riesgos hasta cierto punto se justifican. El COVID todavía es relativamente nuevo, por lo cual, los riesgos nos asustan. Cuando considero la posibilidad de enfermarme de COVID (lo cual es muy probable) frente a la posibilidad de ser uno de las pocas personas que raramente se enferman de miocarditis o Guillain Barre, vacunarse es obvio.
El COVID puede causar una gran cantidad de problemas graves: físicos, neurológicos, cardiopulmonares y financieros. Para mí, los beneficios superan con creces los riesgos. ¿Sé lo que sucederá en el futuro? No. ¿Podría mutar el virus? Sí. ¿Necesitaremos más refuerzos? Quizá. No sé qué sucederá el próximo mes, el próximo año o las próximas décadas, pero basándome en los últimos dos años, diría que hay una alta probabilidad de que todos necesitemos algún apoyo inmunológico (como refuerzos) para mantenerse saludable a nuestra comunidad.
A partir de hoy, todo lo que puedo hacer es actuar sobre la información actualmente disponible cuando tomo decisiones para mi propia salud y la de mis hijos.
El COVID no va a desaparecer; se está volviendo endémica (una enfermedad que existe en el mundo) como tantas otras. Esto no lo hace menos peligroso, pero cambia la forma en que lo manejamos. Al igual que el dengue, la rabia, la influenza y otros, el COVID se convertirá en una enfermedad que debemos enfrentar. Como profesionales médicos, reconoceremos los síntomas y diagnosticaremos el problema, recomendaremos un tratamiento y, con suerte, desarrollaremos medidas preventivas para mantener a las personas seguras y saludables.
A medida que los niños crecen, estarán en un mundo con COVID. Sus sistemas inmunológicos son mucho más inteligentes que los nuestros. Con una vacuna de COVID, mis hijos pueden estar protegidos ahora y a medida que crecen y se desarrollan a lo largo de sus vidas.
La tecnología de ARNm utilizada para las vacunas Moderna y Pfizer existe desde hace unos diez años y es fantástica. Fue desarrollado sobre MERS, un virus similar al SARS-CoV-2 (el que causa el COVID), y utiliza el cuerpo para crear anticuerpos en lugar de inyectar anticuerpos de laboratorio. La nueva tecnología permite que el cuerpo haga el trabajo pesado, lo que permite a los fabricantes de vacunas poner menos cosas en las vacunas. Estas nuevas vacunas tienen elementos muy básicos, como: sal, azúcares, grasas y ARNm, sin necesidad de conservadores.
Los científicos no se detienen ahí. Nuestra capacidad para administrar vacunas de diferentes maneras y continúa mejorando y los perfiles de seguridad solo mejorarán con el tiempo. Si piensa en la gran cantidad de personas que han sido vacunadas, es impresionante. Millones de personas han recibido las vacunas de ARNm y los datos son claros. Estas vacunas son muy seguras y efectivas.
Si tiene dudas específicas sobre la vacunación de sus hijos, platique con su proveedor médico. Haga todas las preguntas que tenga. Solo así, podrá tomar una decisión informada que sea adecuada para usted y su familia. Para mi familia, la vacunación es la elección correcta.
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