Por Dr. Jerry Douglas
La pandemia del COVID-19 ha acaparado la atención de todos durante el último año, y es comprensible que la gente no piense en otros posibles riesgos para la salud; sin embargo, esos riesgos no han desaparecido. Uno de estos riesgos es la diabetes, una enfermedad que afecta a decenas de millones en este país, de los cuales aproximadamente una cuarta parte permanece sin diagnosticar y, por lo tanto, desconoce las posibles consecuencias.
Cuando tiene diabetes, su cuerpo no puede regular adecuadamente la cantidad de glucosa (azúcar) en su corriente sanguíneo. La glucosa es la energía que utilizan sus células para realizar todo tipo de funciones esenciales. Con la diabetes tipo 1, su páncreas no produce insulina, la hormona que regula la glucosa y le permite alimentar sus células. Con la diabetes tipo 2, o el páncreas no produce suficiente insulina o sus células son más resistentes a la insulina.
Cuando su cuerpo no puede mantener la glucosa en sangre en los niveles apropiados, su sangre comienza a volverse espesa y pegajosa, y eso daña sus vasos sanguíneos, comenzando por los más pequeños que suministran sangre a sus ojos, corazón y riñones, entre otros. Esta es la razón por la que la diabetes es un factor de riesgo para tantas afecciones médicas, desde enfermedades cardíacas y renales hasta gangrena y retinopatía (que pueden provocar ceguera). Y aunque no aumenta la probabilidad de que las personas se infecten con COVID-19, sí aumenta las probabilidades de que surjan complicaciones por el virus.
Una de las cosas más peligrosas de la diabetes, especialmente del tipo 2, es que el cuerpo no nos da señales para avisarnos que hay un problema; muchas personas con prediabetes y diabetes no presentan síntomas evidentes. Algunos de los síntomas son: mucha sed, aumento del apetito y pérdida de peso inexplicable.
La verdad es que la diabetes a menudo se diagnostica cuando los pacientes consultan a sus proveedores médicos por otras inquietudes y estos recomiendan una prueba de glucosa en sangre para detectar la diabetes. Como ocurre con muchas enfermedades, no todo el mundo corre el mismo riesgo. Para la diabetes tipo 2, los factores de riesgo incluyen tener sobrepeso, tener familiares con diabetes, tener diabetes durante el embarazo, tener más de 45 años, tener presión arterial alta y ser miembro de uno de los siguientes grupos étnicos o raciales de alto riesgo, como lo son: latinos, nativos americanos, afroamericanos, asiáticos americanos o isleños del Pacífico.
Aunque la diabetes no es algo que se pueda curar, si se puede controlar, por lo que es tan importante saber si está en riesgo de tener diabetes o si ya la tiene. Gran parte del daño causado por la diabetes no es reversible, pero se puede prevenir con el estilo de vida correcto y, a veces, con medicamentos. Los estudios demuestran que el tratamiento agresivo temprano en el diagnóstico puede tener un efecto heredado; es decir, puede disminuir la incidencia de complicaciones tardías en comparación con aquellas que no reciben un tratamiento agresivo desde el principio.
Las personas con diabetes pueden mantener niveles de glucosa seguros mediante llevando una dieta, el ejercicio y manteniendo un peso saludable. Comprender cómo los alimentos se convierten en energía en el cuerpo ayuda a las personas con diabetes a elegir bien los alimentos. El aumento de la actividad física, como caminar unos pasos más cada día, puede ayudar, pero también es importante algo de ejercicio concentrado. El ejercicio incluye una actividad intensa planificada como caminar / correr, levantar pesas o asistir a clases de ejercicios. A veces, los cambios en el estilo de vida deben estar respaldados por medicamentos.
Si tiene 45 años o más, es importante programar un examen con su proveedor de atención primaria, no solo para realizar una prueba de diabetes, sino también para detectar otras enfermedades comunes como presión arterial alta y cáncer. Si le diagnostican prediabetes o diabetes, su proveedor de atención primaria puede derivarlo a una clase de educación sobre diabetes o un grupo de apoyo donde puede aprender los pormenores del manejo de su azúcar en sangre. Esto requiere disciplina, pero vale la pena el esfuerzo. Si cree que tiene riesgo de padecer diabetes, considere programar una cita con su médico hoy mismo.
El Dr. Jerry Douglas es el director médico de MCHC Health Centers, un centro de salud local, sin fines de lucro y calificado a nivel federal que ofrece atención médica, dental y del comportamiento a personas en los condados de Lake y Mendocino.