Por la Dra. Nikky Thomas, Superintendente del Distrito Escolar de Kelseyville
De niña, me encantaba leer, tanto que me convertí en una especialista en lectura. Leer es una habilidad vital que no solo ofrece infinitas horas de diversión, sino que también contribuye al desarrollo personal y académico de los estudiantes.
Una de las mejores maneras de ayudar a los niños a aprender a leer es leerles desde pequeños. Estas son algunas razones por las que animo a los adultos a leerles a los niños que forman parte de su vida.
Desarrollo del lenguaje: Cuando les leemos a los niños, los exponemos a nuevas palabras, lo que amplía su vocabulario. También les presentamos el ritmo y la estructura del lenguaje, lo que les facilita aprender a leer y escribir más adelante.
Desarrollo cognitivo: Escuchar una historia interesante desarrolla la capacidad del niño para prestar atención y pensar críticamente, lo cual favorece el aprendizaje. Además, las nuevas ideas que presentan las historias suelen estimular la curiosidad y la creatividad del niño.
Desarrollo emocional y social: Escuchar historias sobre personajes que atraviesan dificultades o se enfrentan a circunstancias desconocidas puede fomentar la conciencia emocional, la empatía y la perspectiva. Muchos cuentos abordan diversas emociones y situaciones, lo que puede ayudar a los niños a comprender y expresar mejor sus propios sentimientos.
Éxito académico: Los estudiantes que escucharon cuentos durante su infancia suelen desarrollar habilidades de lectura y lectoescritura más sólidas que quienes no lo hicieron. Y estas habilidades facilitan el aprendizaje de todas las materias académicas, ¡incluso matemáticas y ciencias!
Relaciones más sólidas: Leer juntos fortalece el vínculo entre padres e hijos. Cuando los padres dejan de lado sus celulares y les prestan toda su atención, los niños se sienten valorados y queridos. Además, compartir experiencias de reír juntos, sorprenderse juntos e incluso sentir tristeza juntos los acerca. Asimismo, los cuentos que abordan temas difíciles como la pérdida, el miedo o el cambio pueden abrir la puerta a conversaciones que de otro modo podrían resultar incómodas; esto facilita que los padres y otros adultos ayuden a los niños a afrontar situaciones de la vida real.
Mientras sus hijos estén en la primaria, incluso después de que aprendan a leer, puede ser divertido crear una rutina para la hora de dormir que incluya leerles cada noche. Con el tiempo, puede ayudarlos a adaptarse a su propia rutina de lectura. Los estudios demuestran que los niños se duermen más fácilmente y duermen mejor cuando dejan de mirar pantallas al menos una hora antes de acostarse. Por eso, leerles ahora puede ayudarles a crear un hábito de sueño saludable para toda la vida.
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Aunque ya no doy clases de lectura, todavía me encanta leer. Cuando era directora de la high school, adquirí el hábito de leer novelas juveniles. Quería estar al tanto de lo que veían mis alumnos, y aunque ahora soy superintendente de distrito. Sigo disfrutando de las novelas juveniles, así que pensé en compartir algunas de mis favoritas:
The Hate U Give de Angie Thomas, ganadora del Premio Printz; A Long Walk to Water de Linda Sue Park, ganadora de la Medalla Newbery basada en una historia real; y The School Teacher of Saint-Michel de Sarah Steele, novela histórica ambientada en la Segunda Guerra Mundial.
Otros libros maravillosos que me vienen a la mente son los ilustrados por Bryan Collier, quien ganó seis Premios Coretta Scott King como ilustrador y ha recibido cuatro veces el Premio Caldecott. También me encantan The Giving Tree de Shel Silverstein; From the Mixed-Up Files of Mrs. Basil E. Frankweiler de E.L. Konigsburg; la saga Rangers Apprentice de John Flanagan; la saga Percy Jackson de Rick Riordan; la saga Harry Potter de J.K. Rowling; y muchos más. Hay libros de todos los géneros imaginables, desde ficción contemporánea y literaria hasta thrillers distópicos y biografías históricas, desde novelas gráficas hasta fantasía y ciencia ficción, desde acción y aventuras hasta misterio, terror, romance y no ficción. De verdad, hay para todos los gustos.
Si quieres más recomendaciones, pregunta al profesor de tu hijo o a cualquier bibliotecario. ¡Espero que podamos ayudar a todos los niños a enamorarse de la lectura!