Por Becky Salato, Superintendente, Distrito Escolar Unificado de Konocti
Durante las fiestas decembrinas, muchos de nosotros nos sentimos bombardeados por las expectativas. Queremos disfrutar del espíritu de dar, pero eso puede traer estrés financiero. Queremos pasar tiempo con la familia y los amigos, pero eso puede causar estrés en las relaciones. Si a eso le sumamos una elección política polémica en la que la mitad del país está de fiesta y la otra mitad está desesperada, sentimos que estamos perdiendo las comodidades asociadas con vivir en un pueblo pequeño donde todos nos cuidamos unos a otros; creo que lo llamaría estrés social.
Reconocer los signos del estrés
Entonces, ¿cómo lo manejamos todo? ¿Y cómo podemos asegurarnos de que nuestros problemas de adultos no agreguen más estrés a las vidas de nuestros hijos? Primero, es importante reconocer que tan estresados estamos y también buscar estos signos de estrés en nuestros hijos. Los signos comunes incluyen irritabilidad y enojo, problemas para dormir, cambios en el comportamiento (incluidos los patrones de alimentación) y enfermarse con más frecuencia.
Identifique sus factores desencadenantes y elabore un plan
El primer paso para aliviar el estrés, tanto para usted como para sus hijos, es reconocer sus factores desencadenantes. ¿Qué le causa estrés? Algunas cosas están en su poder cambiarlas, pero muchas otras no. Sin embargo, siempre puede controlar su respuesta a los acontecimientos de la vida, y esto es mucho más fácil cuando se cuida a sí mismo: durmiendo lo suficiente, comiendo de forma saludable y haciendo ejercicio con regularidad. Si está bajo mucha presión, puede resultarle útil dejar de consumir drogas o alcohol durante un tiempo. Y la mejor medicina de todas es, a menudo, buscar ayuda y apoyo de familiares y amigos, ya sea que necesite que alguien lo escuche o que lo ayude sobrellevar una vida ajetreada.
Ponga las cosas importantes primero
Priorizar sus responsabilidades es otra forma de adquirir una sensación de control. A veces, el estrés surge al darse cuenta de que no puede hacer todo, pero sigue intentándolo de todos modos. Puede ser liberador elegir qué cosas simplemente no puede hacer. Táchelas de su lista. Déjelas ir.
Ayude a sus hijos a hacer lo mismo
Cree buenos hábitos a la hora de acostarse. Los niños menores de 12 años necesitan dormir entre nueve y doce horas por noche. Los adolescentes necesitan de ocho a diez horas.
Asegúrese de que los niños realicen suficiente actividad física, al menos una hora al día, que se puede dividir en períodos de tiempo más cortos.
Esté disponible para escuchar. No intente resolver todos los problemas sin escucharlos primero. Permítales que resuelvan algunas soluciones por sí solos y luego bríndeles algo de perspectiva y apoyo.
Cree oportunidades para el tiempo de inactividad, algunos de los cuales deben ser sin una pantalla de computadora. Los niños pueden salir, escribir en un diario de gratitud o practicar la atención plena. También pueden elegir un pasatiempo, como aprender una manualidad, leer, cocinar o hacer cosas con sus manos.
La mayor parte de la gente es buena
Es importante recordar que la mayor parte de la gente es buena. Seguiremos ayudándonos unos a otros, como siempre lo hemos hecho. Si se siente irritable, respire profundamente. Si se encuentra con alguien que se enoja, respire profundamente por él.
Es cierto que enfrentamos muchas incógnitas, pero no pierda la fe en la humanidad. En el Distrito Escolar de Konocti, los miembros de nuestra junta escolar, nuestro equipo de liderazgo y nuestro personal tienen creencias muy diversas, pero eso está bien porque todos compartimos un valor esencial en común: la dedicación a ayudar a que todos los estudiantes prosperen.
Intento concentrarme en el momento presente en lugar de preocuparme por lo que depara el futuro. Estresarse por el futuro solo le quita alegría al aquí y ahora. Les deseo a todos paz y amor en estos tiempos tan ocupados.