Por Mike Jones, director de Kelseyville High School y Adriana Macías-Rodríguez, subdirectora de KHS
Nos guste o no, las redes sociales llegaron para quedarse. Se han convertido en parte de la vida moderna para casi todos, incluidos nuestros estudiantes. Según un estudio reciente de investigación de Pew, el 95% de los adolescentes en los Estados Unidos entre las edades de 13 y 17 años tienen acceso a un teléfono inteligente, y más de un tercio admite que usa una o más plataformas de redes sociales “casi constantemente”. Esto quiere decir que pasan mucho tiempo frente a la pantalla: alrededor de un promedio de 7.5 horas al día, según Common Sense Media.
Para ser justos, las redes sociales tienen algunos beneficios que merecen ser mencionados. Brinda a los niños una forma de conectarse con sus compañeros, especialmente con gustos y pasatiempos que tienen en común. Los estudiantes también pueden descubrir recursos y oportunidades de aprendizaje y obtener información oportuna del personal y los maestros de la escuela. Las plataformas de las redes sociales pueden incluso ser una gran salida para la expresión creativa.
Desafortunadamente, las consecuencias a menudo superan los beneficios. Las redes sociales pueden tener un impacto significativo en la salud mental y física de los niños. Después de mirar sus teléfonos hasta altas horas de la noche, los estudiantes llegan cansados a la escuela a la mañana siguiente, con una mala postura y ojos cansados, lo que les dificulta concentrarse en clase. Y eso es solo el comienzo. Los problemas más serios, como las altas tasas de depresión y ansiedad entre los adolescentes, también están vinculados a las redes sociales, en parte debido al acoso por internet siempre presente que ocurre. Los niños están tan acostumbrados a hacer todo por internet en estos días que no conviven con las personas con tanta frecuencia, lo que genera sentimientos de aislamiento.
Por mucho que a algunos de nosotros nos encantaría prohibir por completo los teléfonos inteligentes, simplemente no es algo posible. Se han convertido en una parte esencial de cómo nos conectamos todos, ya sea para mantenerse en contacto con la familia o comunicarse con los empleadores. En cambio, en Kelseyville Unified, tomamos medidas proactivas para alentar a los niños a usar los teléfonos y las redes sociales de manera responsable.
Para empezar, tenemos una política en Kelseyville High School que prohíbe el uso del teléfono durante la clase, en caso de no hacer caso a esta regla tiene consecuencias, incluyendo la pérdida de los privilegios del teléfono. También utilizamos las redes sociales al involucrar a los estudiantes y las familias con iniciativas como nuestra Campaña de Amabilidad y eventos como Family Night Out, donde los oradores invitados brindan información y comparten recursos sobre el acoso por internet y el uso responsable de las redes sociales. A principios de este mes, por ejemplo, Monique Turner, de la organización sin fines de lucro Family Purpose, dió una plática sobre los efectos negativos de las redes sociales con excelentes consejos sobre cómo proteger a nuestros niños.
Pero no podemos hacer mucho aquí en la escuela. Es por eso, que les pedimos a los padres que hagan lo que nosotros no podemos hacer: tomar un papel activo en la gestión del uso de las redes sociales de sus hijos.
Todo comienza con estar interesado e involucrarse. Piense en todo el tiempo que sus hijos pasan en el internet. ¿Sabe lo que están mirando o con quién están hablando? Una forma de averiguarlo es preguntando. Las redes sociales son una parte enorme de su mundo, por lo que conocer sus redes sociales puede permitirle saber mucho sobre lo que influye en sus decisiones. Sea proactivo en lugar de esperar a que suceda algo malo. Tenga una conversación con su hijo sobre lo que están haciendo en internet.
Si cree que sus hijos están luchando con las consecuencias negativas del uso excesivo de las redes sociales, una conversación es un buen comienzo, pero podría no ser suficiente. Considere establecer límites en el uso de las redes sociales, y tal vez en el uso del teléfono. Puede ser difícil saber dónde está la línea de privacidad como padre. Quiere confiar en sus hijos, pero también necesita saber que están seguros y saludables. Confíe en sus instintos.
Quizá puede establecer horarios en los que sus hijos pueden y no pueden usar sus teléfonos o animarlos a realizar actividades que no requieren pantallas. Los descansos programados en las redes sociales pueden ayudar a normalizar el tiempo que pasan sin un dispositivo electricos. Incluso puedes incentivar el uso adecuado de las redes sociales. Solo asegúrese de usted sea un ejemplo de manejar adecuadamente sus redes sociales. Los niños ven lo que los miembros de la familia publican en las redes sociales y cómo interactúan con los demás, así que es probable que imiten ese mismo comportamiento.
Cada niño tiene una relación única con su teléfono. Algunos niños pueden pasar más tiempo frente a la pantalla, otros menos, pero cuando se trata de las redes sociales, todos necesitan supervisión. Comience por interesarse en lo que están haciendo en internet y al mismo tiempo vigilar su salud física y mental. Algunas preguntas y algunos límites pueden ayudar a garantizar que las redes sociales generen más beneficios que problemas en la vida de su hijo.