Por Casey Johnston, MD
Esta ha sido una primavera difícil para los niños con asma. El asma es una condición inflamatoria crónica que puede dificultar la respiración. Las alergias de temporada no solo hacen que las personas se sientan muy mal, sino que ahora que se han relajado las precauciones de seguridad de COVID, otros virus están regresando, incluida la influenza. Las alergias y los virus respiratorios son dos de los principales que propician el asma.
Como pediatra, trabajo con los pacientes y sus familias para diagnosticar el asma lo antes posible para que los niños puedan crecer sin restricciones. Con el tratamiento adecuado, casi todos los niños pueden asistir a la escuela con regularidad, correr, jugar en el recreo, participar en deportes y otras actividades al aire libre.
SÍNTOMAS
Un “ataque de asma” ocurre cuando las vías respiratorias de los pulmones se estrechan debido a la hinchazón, la inflamación y el exceso de mucosidad. Esto da como resultado tos y sibilancias cuando los niños intentan respirar profundamente o sacar el aire. Esto puede ser incómodo y peligroso.
El asma suele ir acompañada de alergias y erupciones; todos son productos de un sistema inmunológico hiperactivo.
DISPARADORES
Los desencadenantes comunes del asma incluyen:
1. Alergias respiratorias causadas por polen, polvo, caspa/pelo/piel de mascotas, moho
2. Enfermedades virales como el resfriado o la gripe
3. Ejercicio o esfuerzo físico
4. Irritantes como el humo de segunda mano (tabaco o marihuana), humo de incendios forestales, gases de escape de vehículos o pesticidas
5. Cambios drásticos de temperatura, incluidos los cambios por temporada
6. Períodos de estrés intenso
Independientemente del desencadenante, la respuesta de la inflamación es real. El asma no está “todo en su cabeza” y debe tratarse adecuadamente.
CUÁNDO BUSCAR TRATAMIENTO
El asma puede ser difícil de diagnosticar porque comparte síntomas con otras condiciones. A veces se vuelve evidente durante una enfermedad, pero otras veces puede requerir la observación de patrones o algunas visitas con su proveedor médico para resolverlo. Si su hijo tiene episodios regulares de sibilancias, tos o síntomas nocturnos, considere llamar a su pediatra. Si su hijo se enferma más que sus compañeros de clase, en la temporada de invierno cuando los resfriados son comunes o durante la temporada de gripe, esa es otra señal reveladora. Si hay antecedentes familiares de asma, su hijo corre un mayor riesgo.
ADMINISTRACIÓN
El manejo del asma se puede dividir en tratamientos urgentes y medidas preventivas.
Por lo general, la primera línea de tratamiento inmediato es un inhalador de albuterol, que generalmente se usa con un espaciador para mejorar la eficacia. A veces, se puede usar una máquina nebulizadora para administrar el medicamento a los niños pequeños. El albuterol se considera un medicamento de rescate que se puede usar cada cuatro horas en el hogar y con mayor frecuencia en un entorno hospitalario. Dilata (abre) las vías respiratorias inflamadas cuando el asma empeora.
Busque tratamiento de emergencia si su hijo necesita un inhalador de rescate más de cada cuatro horas, si el inhalador no mejora la dificultad para respirar o si su hijo no puede completar una oración completa sin quedarse sin aliento. En el caso de los niños muy pequeños, preste atención a los gruñidos mientras intentan respirar. Su proveedor médico puede recomendarle un curso corto de esteroides orales.
Si un niño tiene síntomas de asma persistentes o frecuentes, se pueden indicar medidas preventivas. Estos medicamentos de control pueden incluir esteroides inhalados, medicamentos para la alergia diarios, aerosol nasal o montelukast (que bloquea las moléculas inflamatorias de leucotrienos).
Reducir los desencadenantes del asma es otra excelente manera de evitar los brotes. Las medidas preventivas también pueden incluir el uso de purificadores de aire y no acurrucar al gato de la abuela, así como mantenerse actualizado sobre las vacunas infantiles de rutina y vacunarse contra la influenza y el COVID-19.
OBJETIVO DE GESTIÓN
Algunos niños pueden superar su asma con la edad; sin embargo, para muchos, el asma es una afección de por vida que debe controlarse, no curarse. Con una buena gestión, los niños pueden participar en todo tipo de actividades.
Por seguridad, es importante tener un plan de acción para el asma, una hoja de trabajo de una página que crea con su proveedor médico que explica qué hacer en diversas circunstancias. Póngalo en el refrigerador donde todos puedan verlo. En el caso de asma moderada o grave, comparta el plan con la escuela de su hijo, los proveedores de cuidado infantil y cualquier otra persona responsable del bienestar de su hijo.
Si su hijo tiene un inhalador de rescate, entregue uno adicional a la escuela y complete los formularios necesarios para permitir que los adultos en el lugar administren los medicamentos necesarios en la escuela según sea necesario. Esto permite que los niños permanezcan en la escuela en lugar de ser recogidos cada vez que tosen o respiran con dificultad.
Finalmente, si su hijo sigue teniendo problemas, programe otra cita con su proveedor médico. ¡No se rinda! Y consulte a su proveedor médico cada tres meses para tratar el asma de moderada a grave para abordar los cambios sutiles antes de que causen problemas.
El asma no tiene que interponerse en el camino de una infancia divertida y llena de acción.